Pequeña o de gran escala, nueva o con mucha tradición; todas las empresas necesitan capital para operar. Aunque esto parezca muy obvio, encontrar el dinero para funcionar no es igual de simple.
Una de las principales alternativas que tienen los empresarios es recurrir al financiamiento —a través, por ejemplo, de créditos o de __factoraje__—, pero, una vez más, surgen retos: encontrar una institución o banco dispuestos a prestar el dinero, decidir en qué o cómo invertir ese capital, y, por supuesto, tener los resultados necesarios para que el negocio sea rentable.
¿Las deudas son buenas o malas noticias? ¿Hay otras opciones más allá de los créditos bancarios? ¿No debería tu propio efectivo ser suficiente para crecer? ¿Conviene que sea algo común?
Básicos al pensar en financiamiento
Estos cuatro puntos te darán una mejor idea de qué esperar cuando contemplas el financiamiento y serán una guía a la hora de buscar cómo inyectar capital para tu empresa.
La deuda es inevitable y necesaria para tu negocio
Deber dinero no es una sentencia para tu empresa. De hecho, también es sano.
Aunque quizás parezca que la ausencia de números negativos es el escenario ideal, las deudas son vitales para invertir en áreas clave de tus finanzas y, por ende, aceleran tu crecimiento.
Asimismo, ayuda, entre otras cosas, a ahorrar en impuestos —ya que el gasto de financiamiento se descuenta de tus ingresos—, sin mencionar que aumenta el retorno sobre los activos de tu empresa.
Conoce tus límites y realiza una evaluación de riesgos
Toda actividad de negocio tiene una pequeña dosis de riesgo. Por un lado, si optas por los créditos, debes estudiar cuál es tu capacidad de pago para no poner tus operaciones en una situación complicada.
En contraste, si te vales únicamente de tus flujos efectivo disponible —que pueden ser un poco volátil e impredecible—, te arriesgas a no tener la liquidez suficiente y no tener el dinero para costear cosas vitales, como la nómina de tus empleados o el pago a proveedores.
La clave está en conocer exactamente qué es lo que tu empresa necesita y buscar un punto medio: un esquema de financiamiento que dé muchas posibilidades, pero que te brinde la posibilidad de pagar a tiempo y sin problema.
Antes de tomar una decisión sobre el esquema de financiamiento, procura evaluar cuál será el costo de este para tu negocio.
Busca alternativas para acceder a capital
Diversas instituciones y expertos concuerdan en que el financiamiento es uno de los grandes pendientes para las PyMes mexicanas: los bancos aún cuentan con barreras y el acceso a créditos es muy complicado para los negocios pequeños y medianos que no tienen muchos activos a los cuales recurrir cuando los bancos exigen colaterales o bienes en garantía.
Ante esta falta de flexibilidad, 8 de cada 10 empresas de este sector optan por financiarse con sus mismos proveedores, según cifras recientes de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).
Afortunadamente, otros esquemas como el factoraje se han vuelto una herramienta esencial para financiarse y cada vez existen más empresas de factoraje como Drip Capital que facilitan el acceso combinando tecnología e innovación en procesos que solían ser más difíciles o no existía mucha información disponible.
Convierte la deuda en una buena práctica
Como mencionamos, la deuda es algo deseable y necesario para tu negocio.
En ese caso, si notas que cada peso que inviertes te da mayor retorno que el costo del capital (levantar ese dinero), no dudes en volver a invertirlo.
En otras palabras, si te cuesta 10% pedir un préstamo o financiamiento, y ese dinero te rinde 20%, repite la fórmula.
El financiamiento es una buena práctica para tu empresa, por los beneficios que hemos mencionado. Sin embargo, es importante tener una estrategia sólida y alineada con tu capacidad de pago, así como con tus propias expectativas o necesidades.
Lecciones para tu PyME
Ten en cuenta que crecer únicamente con tus flujos de efectivo será un proceso lento y hará difícil enfrentar panoramas económicos complejos (tanto dentro de tu empresa, como en el ecosistema financiero nacional y global).
El financiamiento puede ser más que un aliado para enfrentar retos, también es un buen hábito que no solo se traduce en finanzas más estables, sino en una mayor capacidad de adaptarse y crecer en tu mercado, así como en otros en los que quieras aventurarte.